El FROB compra acciones para intentar recuperar algo de lo que le deben
Redacción, 16 de junio de 2022
El Estado no solo no se sale del accionariado de CaixaBank, sino que acaba de anunciar su intención de incrementar su partiticipación en casi dos puntos, del 16,1 al 18%.
Y en esta ocasión no se trata de una incoherencia del gobierno de Sánchez, sino de un movimiento lógico para intentar recuperar algo del mucho dinero que se le debe.
Continuos desplantes
«Si no te dejan irte, métete hasta la cocina», ha debido pensar para sus adentros Teresa Santero, la mujer a la que Nadia Calviño ha encargado la ingrata tarea -bien remunerada, por otra parte- de aguantar los desplantes con los que Goirigolzarri viene tratando al Gobierno desde que lo pusieron al frente de Bankia, le soltaron dinero a espuertas y lo ayudaron a ponerse al frente del nuevo CaixaBank.
Entre unas cosas y otras, en la operación del rescate de Bankia y su fusión con la antigua Caixa, el Estado se ha dejado la friolera de 40.000 millones de euros. Los sucesivos gobiernos y ministros prometieron que ese dinero volvería a las arcas del Estado y los propios beneficiados -eso sí, con la boca pequeña- dijeron que sí, que por supuesto, que lo devolverían.
Un simple accionista
Hasta ahora. Cuando ha llegado el momento de la verdad, la triada Fainé / Goirigolzarri /Gortázar ha encontrado siempre pretextos para decir que no llevan suelto. Pero, al mismo tiempo, la acción de CaixaBank va como un tiro y los accionistas son el único colectivo bien tratado por los mandamases de la entidad.
La única solución que parece haber encontrado el FROB para recueprar algo de lo que se le debe es compartarse como un disciplinado accionista y sumarse a las opciones de recompra de acciones que el banco ha puesto en marcha. De este modo, su participación aumenta y, aunque solo sea a base de dividendos, algo se puede recuperar.
Pero no nos engañemos: en el mejor de los escenarios, el Estado no recuperará ni la tercera parte de lo que puso. Y el gobierno se niega a aceptar esta realidad porque declarar las pérdidas contables de esta ruinosa operación sería añadir otro agujero a las ya ruinosas cuentas públicas de la España actual.
En resumen, Goirigolzarri juega con el FROB y Santero, calladamente, hace lo que puede. ¿Alguien se imagina una cosa así con una pequeña empresa que hubiera recibido una ayuda del Estado y se negara a deolverla?
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