El 18 de febrero de 2019, es decir, hace ahora poco más de tres años, CaixaBank puso en marcha su nuevo claim: Escuchar, Hablar, Hacer. El tercer aniversario de este hallazgo del marketing es una buena oportunidad para evaluar la trayectoria de la entidad que se refugia bajo tres verbos tan potentes.
Como es sabido, el claim es una de esas palabras que hace ya tiempo se inventaron los publicistas para poder seguir hablando, como siempre han hecho, en una neolengua incomprensible. El claim es prácticamente lo mismo que el eslógan, y podría traducirse, si nos pusiéramos a ello, como reclamo.
El claim es una frase muy breve, pero potente, que acompaña a la marca y sirve para darle a esta mayor refulgencia. No sabemos quién creó el de CaixaBank, pero ciertamente es potente, y de hecho la absorción de Bankia y la llegada de Goirigolzarri a la presidencia de la nueva entidad no lo alteró.
Ya sabemos, porque vamos conociendo al personaje, que él no es partidario de que al mismo perro se le cambie de collar, sobre todo si el collar funciona.
Escuchar «con amor», incumplir sin sonrojo
Sabemos también que el concepto de escuchar es muy querido por el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, que ya ocupaba el cargo cuando se acuñó la frase. Ya contamos en estas páginas que el CEO de CaixaBank afirma, en una de las páginas más ridículas y cursis de cuantas pueden encontrarse en internet, que él es partidario de escuchar con amor, como bien saben los trabajadores que cada día reclaman su derechos desatendidos.
En cuanto a hablar, también saben hacerlo los dirigentes de CaixaBank. Los de antes y los de ahora. Saben hablar para reclamar más dinero al Estado -como si fuera escaso el que le han sacado hasta ahora-, saben hablar para enredar a clientes solidarios, o para vender tarjetas usurarias.
Y en cuanto a hacer, también saben: obtener beneficios sonrojantes, subirse la retribución de directivos y consejeros con la oposición del Estado, rodearse de amigos.…
En cuanto a resolver problemas… de eso, el claim no dice nada.
* La imagen que acompaña este texto está tomada del artículo publicado en el boletín del SECB el 21 de febrero de 2019. Agradecemos el préstamo.
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