Una jubilada con un hijo enfermo denuncia prácticas tramposas del banco
Redacción, 10 de noviembre de 2022
Ana Solana se acaba de jubilar a los 66 años con una pensión razonable, pero justita. Vive de alquiler y tiene un hijo muy enfermo que necesita tratamientos difíciles y caros.
Ana recibió a mediados del pasado año el dinero de una herencia y decidió depositarlo en su banco de toda la vida, CaixaBank, para que se lo administraran, pese a tener una hija trabajando en un banco de la competencia.
La cantidad era de 30.000 euros, y de ese dinero quería disponer libremente a medida que el tratamiento de su hijo lo fuera requiriendo.
La Oficina de la calle Padilla Industria
Ana fue a su oficina de la calle Padilla Industria, en Barcelona, y le explicó la situación a la gestora de su cuenta, Ana Alonso Singer, «una chica encantadora -nos dice-, de apenas treinta años, gallega, a punto de casarse y muy contenta porque acababa de ser tía». Ana Alonso le explicó muy amablemente a su clienta que depositar los 30.000 euros en la cuenta corriente no tenía sentido porque, con las comisiones de mantenimiento y los bajos intereses, le iba a costar dinero.
Ana Solana sigue contando: «La gestora, muy amable, ya digo, me dijo que no me preocupara, que ella se ocupaba de todo y que me ingresaba el dinero en un depósito del que yo podría disponer cuando quisiera, en un plazo no superior a 24 o 48 horas. Como ella transmitía confianza y era mi banco de toda la vida, me pareció bien, me dio unos papeles a firmar de los que no entendí nada, y así quedamos».
Producto de alto riesgo
Las sospechas de Ana empezaron cuando algunos meses después, en una cena con amigos, mencionó que por aquel dinero estaba recibiendo en su cuenta 53 euros mensuales. «Demasiado dinero, ahí algo no cuadra». le dijeron sus amigos. Y entonces es cuando descubrió que lo que le habían colocado era un fondo de alto riesgo.
Y tan alto era el riesgo que los 30.000 euros iniciales se le habían quedado en 22.200.
Un perfil idóneo, según el banco
A partir de aquí, Ana Solana ha iniciado una peregrinación interminable para que CaixaBank le reintegre su dinero y poder volver a la casilla de salida.
Todo inútil. La gestora que hizo la operación, Ana Alonso Singer, se casó, en efecto, y ha regresado a Galicia, donde al parecer trabaja en otra oficina de la entidad.
El nuevo gestor de su cuenta, Iván Espinosa Espinar, dice que aquello ocurrió cuando él no estaba y que no sabe nada.
La directora de la oficina, Núria Fernández, sostiene que aquello se hizo correctamente y que ella ya le ha dedicado demasiado tiempo al asunto.
Reclamar donde haga falta
«He reclamado dos veces de manera formal a la entidad y las dos veces me contestan con una carta protocolaria diciendo que todo está en orden. Estoy preparando una reclamación al Banco de España y quiero ver si tengo derecho a un abogado de oficio porque quiero denunciarlos, pero no puedo permitirme gastar dinero en procedimientos judiciales».
Y nos dice, concluyendo la larga conversación que hemos mantenido con ella: «Pueden llamarlo como quieran, pero lo que me han hecho es una estafa. No me atrevo a decir que es un robo, porque sería pasarme, pero una estafa sí que es. Se aprovechan de que los ciudadanos no tenemos educación financiera suficiente».
La oficina de prensa de CaixaBank, una vez más, ha declinado responder a nuestras preguntas sobre este caso.
Como es obvio, todos los documentos a los que aquí hacemos referencia están a disposición del Banco y de los organismos reguladores.
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