Uno de los problemas actuales de CaixaBank es que los depósitos que tiene de los clientes, que utilizamos como si fuera dinero, son un dinero frágil. Es un dinero no seguro y su valor puede variar.
Una de las característica más valiosas del dinero es que sea seguro, es decir, que no varíe su valor facial, su valor nominal. El problema de los depósitos de Caixabank (y de otros) es que los depósitos (nuestros depósitos) pueden variar de valor, no son seguros desde ese punto de vista.
La cuestión es que usamos como dinero los depósitos bancarios privados que no son propiamente dinero, cuyo valor no varía, sino unos activos financieros con riesgo.
En el sistema actual hay una parte del dinero que su valor nominal -o facial- no varía: el dinero en billetes que imprimen los bancos centrales. Es el dinero público cuyo valor no cambia porque no es un activo financiero. En el caso de los billetes, si una persona tiene un billete de 50 euros (este es su valor facial) puede estar segura de que, dentro de un año, o de dos, o de diez años, ese billete seguirá valiendo cincuenta euros, o sea, mantendrá su valor facial, lo que dice que vale el billete.
Pero esta característica de mantener su valor no la tienen los depósitos en los bancos privados, no mantiene su valor porque está invertido o prestado. Es un dinero que no está depositado ni custodiado, porque no está guardado.
Lo normal es que el banco obtenga un buen rendimiento de su inversión, pero quizá no suceda así. Puede ocurrir que la inversión sea un fracaso (SVB, First Republic Bank, Credit Suisse,…) como es en estos momentos en muchos casos ( por la subida de los tipos de interés), y el banco (Caixabank por ejemplo) no pueda devolverle los 50 euros que tiene depositados.
Liquidez preventiva.
Se habla de liquidez preventiva. ¿Acaso hay miedo? Los valores bancarios siguen bajando en bolsa y en la UE aseguran que no aprecian un «riesgo específico de contagio» hacia las entidades europeas, algo que ha recalcado la ministra de Economía, Nadia Calviño, sobre los bancos españoles. Según la vicepresidenta, el sistema bancario español cuenta con una situación «saneada» y un marco regulatorio «reforzado» frente a la volatilidad.
Eso decían las autoridades (es su papel) en la crisis financiera de 2008 pero nuestro papel (como clientes) es otro distinto, porque son los bancos, los que guardan y deben asegurar nuestros depósitos.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, lleva tiempo recomendando prudencia a los bancos y pidiéndoles que aumenten sus provisiones a la vista de los malos tiempos que se avecinan. CaixaBank no ha hecho ni caso y ha realizado una distribución de dividendos a sus accionistas histórica.
Garantía de los depósitos.
El informe de Autonomous Research, firma de Alliance Bernstein que ofrece cifras ante la petición de información por parte de los inversores, estima que el porcentaje de depósitos garantizados es del 67% en el caso de CaixaBank y que por ejemplo Ibercaja, tenía un porcentaje de depósitos garantizados del 77%, Abanca y Unicaja, del 70%
El Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito («FGD») fue creado por el Real Decreto-ley 16/2011, de 14 de octubre y tiene personalidad jurídica propia, con plena capacidad para el desarrollo de sus fines en régimen de derecho privado.
El FGD tiene por objeto garantizar los depósitos en dinero y en valores u otros instrumentos financieros constituidos en las entidades de crédito, con el límite de 100.000 € para los depósitos en dinero o, en el caso de depósitos nominados en otra divisa, su equivalente aplicando los tipos de cambio correspondientes.
La verdad no es la que nos tratan de contar, la realidad es que ni el Banco de España ni el Banco Central Europeo saben la foto de la liquidez del día a día de los bancos y menos de la solvencia. Montañas de derivados (instrumentos financieros cuyo valor depende del precio de mercado de un activo llamado subyacente) se utilizan como protección en caso de que el producto subyacente al que estén ligados, cambien.
Por eso decimos que el dinero depositado en el banco (en este caso Caixabank) no es seguro, es un dinero frágil. Lo frágil no siempre es lo que se rompe, sino lo que puede romperse con facilidad.
Y las cosas siempre se rompen por la parte más debil: los clientes depositantes.
Lo que está claro es que los billetes de 50 euros en nuestras manos es un dinero seguro y su valor no puede variar, en manos de CaixaBank no es dinero seguro, sino dinero frágil.
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