Empleados y clientes siguen siendo los grandes perjudicados
La Junta de Accionistas de CaixaBank celebrada hace unos días en Valencia ha dejado claras dos ideas: el banco le va a sacar partido a la crisis en beneficio de sus accionistas, pero la calidad del servicio seguirá siendo deficiente a costa de empleados y clientes. Se puede ser más descarnado, pero no más claro.
La JGA2022 se ha celebrado en un momento difícil para la economía. Para la española, para la europea y para la mundial. Y CaixaBank tenía que mandar mensajes positivos a los que ponen la pasta en el juguete: BlackRock, por ejemplo, que andaba últimamente un poco revuelto con la avaricia de Pallete y sus amigos del Ibex.
A buen entendedor
El mensaje que el tándem Gortázar/Goirigolzarri ha mandado es meridiano: no se preocupen ustedes, señores accionistas, porque gracias a los malos momentos de la economía, el dinero va a subir de precio y nosotros nos vamos a lanzar a venderlo como si no hubiera un mañana.
Gortázar, con esa elegancia que los grandes banqueros llevan inscrita en su ADN, lo ha sabido decir de manera ejemplar: «Una gradual subida de tipos tendrá una traducción muy positiva en nuestra línea de margen de intereses».
Toreando al alimón
Al tiempo, como es natural, había que dejar muy claro que la vida es muy dura para el resto de los humanos, particularmente clientes y empleados del banco. Y en ello se han empeñado los dos primeros espadas de la entidad, toreando al alimón: «Si alguien pensaba que este proceso se iba a conseguir sin incidencias, no era realista”, ha dicho el CEO. Y el Presidente ha reconocido: «Nuestros índices de calidad de servicio se han deteriorado».
Los sindicatos estuvieron presentes en la Junta, tanto dentro como fuera, dejando constancia de que «el ambiente en las oficinas es irrespirable».
¿La respuesta? Un dividendo generoso para que BlackRock no se queje.
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