Caixabank quiere congelar las hipotecas por alto riesgo de morosidad
Redacción, 17 de octubre de 2022
La propuesta que, al parecer, ha hecho CaixaBank al Gobierno para que se congelen las hipotecas durante un año ha enfadado a sus competidores porque una medida así les podría hacer perder mucho dinero, ahora que los intereses se disparan.
Pero esa idea no nace de la preocupación de Fainé / Goirigolzarri /Gortázar por el bienestar de sus clientes sino de la alarma que se les ha encendido sobre el daño que les puede hacer al balance y a la cuenta de resultados el incremento de la morosidad.
Un analista consultado por caixabankia se muestra tajante: «Si los clientes dejan de pagar los hipotecas, el chiringuito puede desmoronarse».
El banco con mayor riesgo
CaixaBank es la entidad con mayor riesgo de morosidad por varias razones. La primera, porque Bankia venía de ser la entidad financiera que más hipotecas concedía. Como La Caixa tampoco le iba a la zaga, la absorción puso a la nueva entidad a la cabeza de los que más clientes hipotecados tienen en sus carteras.
La segunda razón es que la guerra de Ucrania y las sanciones a ciudadanos rusos perjudicaba de manera muy especial a CaixaBank por razones que explicábamos en este artículo premonitorio hace meses.
La tercera razón es ya común a todos los bancos españoles. La no devolución de los ICO y la complicación del panorama general ya obligó a la Banco de España a señalar que la morosidad puede perfectamente duplicarse en los próximos meses.
Un dilema difícil
En este punto, el dilema al que se enfrentan los bancos no es fácil: si suben las hipotecas en función de los tipos de interés, muchos clientes dejarán de pagarlas y los balances se vendrían abajo y habría que provisionar. Si las congelan sin ajustarlas a la subida del precio del dinero, sus cuentas de resultados se verán muy tocadas.
Tendrán que elegir entre susto o muerte. CaixaBank ya ha dejado caer su elección -congelar las hipotecas aún a riesgo de perder dinero- y a los demás no les ha gustado.
Pero es que quizá los demás no se juegan tanto como el banco de la estrella de Miró.
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